martes, 12 de noviembre de 2013

Será un día especial

Esta semana ha comenzado con una de las mejores noticias que podíamos tener todas las personas que trabajamos en PSE. Al menos para todas las que conocemos a Vichhika y Mengsry. Nos han anunciado, por fin, que se casan.

Todos los que sigáis este blog, todos los que conozcáis PSE, sabréis quiénes son. Para los pensionnaires y los jóvenes que viven en el internado, son Ma y Pa. Lo son trascendiendo el significado de respeto que tiene dirigirse así a los adultos en Camboya. Son los verdaderos madre y padre de los niños que viven con nosotros. Para la gente que trabaja con ellos, son unos compañeros abnegados que trabajan día y noche preocupándose por el bienestar de los niños. Para mí y para las personas a quienes más aprecio aquí, para Pablo y para Carlota, son, además de todo lo anterior, los mejores amigos que tenemos en Phnom Penh.

Vichhika

Relatar todas sus cualidades me podría llevar mucho tiempo. Quizás la mejor manera de resumirlas sería decir que son "buenas personas". Claro que eso sería demasiado simple. Son cándidos, sencillos, sin atisbo alguno malicia. Son unos profesionales, tenaces, infatigables, inasequibles al desaliento, incluso en los momentos más duros. Son generosos, de ese tipo de personas que comparte hasta lo que no tiene, de las que da sin pedir nada a cambio. Son gente con valores, que cree en lo que hace y que se esfuerza por hacerlo de la mejor manera posible, aunque en ocasiones le consuma. Son divertidos. Tienen ese tipo de humor que hace de una simple anécdota algo muy gracioso. Él más aventurero que ella, más arriesgado e inconsciente. Ella más pausada y reflexiva, pero también con carácter... Así podría seguir y seguir. Quizás, el hecho que mejor resuma cómo son sea la opinión que tienen sobre ellos Christian y Marie France des Pallières, los fundadores de PSE, los primeros Papi y Mami. Ellos los elegirían, lo han hecho ya, como las personas ideales para convivir con los niños, para ser los padres de una familia de casi doscientos niños y más de trescientos adolescentes.

La noticia llegó a esa familia el domingo. Lo hizo tras la tradicional pedida de mano, que tuvo lugar el sábado. Vichhika dudaba si su familia aprobaría a Mengsry. Decía que sólo aceptarían a un "hombre rico". Mengsry, a pesar de tener todo de prestado, no tenía miedo. Tras el "sí" de la familia y el anuncio a los niños, se siente una pequeña revolución en el ambiente de PSE. Probablemente ninguno de los pequeños supiera siquiera que estaban juntos. Las relaciones aquí se viven de otra manera más inocente. Por ello la sorpresa para la mayoría fue mayúscula y su alegría estuvo acorde con ella. Las niñas prepararon un anillo con hojas de palma para que Mengsry se lo regalara a Vichhika. Los niños nos anunciaron la noticia el lunes nada más vernos. Su mayor ilusión, la de niños y niñas, era saber si estarían invitados a la boda.

Mengsry

A día de hoy, la mayor ilusión de los niños es, a la vez, la mayor preocupación de los novios. ¡Su lista de invitados comienza con quinientos personas! Afortunadamente, eso no será un problema. PSE, a través de Marie France, ha ofrecido las instalaciones de la ONG para celebrar el banquete. La invitación a los niños se solucionará con una mejora de su comida diaria que será sufragada con la ayuda de todos los empleados que quieran colaborar. Y serán - seremos - muchos. A partir de ahí, una nueva preocupación y una contradicción. La preocupación, la lógica, los preparativos. La contradicción, que frente a lo lento que sucede todo en Camboya, la boda tendrá lugar el próximo 30 de noviembre. Sí, el de este año, dentro de tres semanas. Todo irá bien. Sin duda, será un día muy especial para Vichhika y Mengsry y para todo PSE.

PS. También será un día muy especial para mí: Mengsry me ha pedido que sea su testigo. Será la segunda vez que lo haga e, irremediablemente, recordaré la primera vez que lo fui. Fue con dos amigos extraordinarios.

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